Tipo: Visita
El Museo del Presidio, hoy Monumento Histórico Nacional. El presidio funcionó desde 1896 hasta 1947, aún se conservan en estado original las celdas y distintas dependencias, con capacidad para 450 reclusos. Allí se alojaron los más peligrosos delincuentes, como el famoso 'petiso orejudo'.
Los presidiarios contribuyeron con el desarrollo de la ciudad, ya que construyeron redes de agua corriente y cloacales. En la cárcel funcionaban talleres de carpintería, sastrería, herrería, zapatería e imprenta.
Las frías paredes de piedra se calefaccionaban del bosque del Parque Nacional, también servían para abastecer a la ciudad.
La madera se llevaba en una pequeña locomotora, sobre rieles que unen al presidio con el parque, y que hoy es explotada turísticamente.
En el mismo edificio funciona el Museo Marítimo, que expone fotos y modelos, además de restos de viejos barcos, objetos, y canoas utilizadas por los pobladores aborígenes, onas y yamanas. Vale la pena el viaje en el trencito a vapor hasta el Parque Nacional Tierra del Fuego, a 14 Km de la ciudad, llegando hasta Monte Oliva.