Buenos Aires Fundacional

Es sabido que Buenos Aires fue fundada dos veces (en 1536 y 1580); sin embargo, podríamos decir que la ciudad experimentó al menos dos refundaciones: la llegada masiva de inmigrantes en las últimas décadas del siglo diecinueve, y la modernización e internacionalización de la ciudad, a fines del veinte. Este recorrido nos permitirá ver con nuestros propios ojos los distintos estratos históricos y culturales que forman la Buenos Aires de hoy.

Como no podía ser de otra manera, nuestro recorrido se inicia en la Plaza de Mayo, en cuyo perímetro Buenos Aires se fundó definitivamente por segunda vez. Veremos plasmado en su arquitectura el desarrollo histórico de la ciudad: el Cabildo y la Catedral pertenecen al período colonial, mientras que la Pirámide de Mayo y la Casa Rosada, son de fines del diecinueve y comienzos del veinte. Siguiendo el desarrollo histórico de la ciudad, recorremos la Avenida de Mayo, construida a fines del siglo XIX para competir con los espléndidos boulevards parisinos. Allí observamos algunos de los magníficos edificios que se levantan a ambos lados de la Avenida: el Palacio Barolo, La Inmobiliaria, el edificio de La Prensa, entre otros, sin olvidarnos del mítico Café Tortoni: fundado por un francés (1858), adoptando un nombre italiano, en una avenida tradicionalmente ocupada por españoles, se trata de un verdadero símbolo de la mezcla de razas que constituye la identidad porteña. En el Tortoni disfrutaremos un aperitivo, antes de seguir viaje hacia la Plaza de los Dos Congresos, donde admiraremos el palacio del Congreso de la Nación. A continuación, visitamos San Telmo, que desde los orígenes de Buenos Aires hasta 1871 fue el hogar de la aristocracia porteña, hasta que una epidemia de fiebre amarilla, entre otros motivos, empujó a las clases altas hacia el norte. Luego de cien años de marginalización, con la llegada de artistas e intelectuales que se instalaron en el barrio, aprovechando el bajo valor de la propiedad y su portentoso patrimonio arquitectónico, San Telmo comenzó a experimentar un proceso de revalorización. Allí visitamos la Plaza Dorrego, la segunda más antigua de la ciudad; la Iglesia de San Pedro Telmo; la Casa Ezeiza, que nos permitirá observar cómo se vivía a finales del siglo XIX; y finalmente la extraña Casa Mínima, la más pequeña de Buenos Aires. La Boca es fundamental para comprender la historia moderna de la ciudad. A finales del siglo XIX y a comienzo del XX, se estableció allí una nutrida comunidad de inmigrantes italianos de clase trabajadora. Considerando que por momentos el número de inmigrantes llegó a superar el de los criollos, no sería arriesgado decir que su llegada marcó una especie de refundación de la ciudad. Allí, además, en el caldo de cultivo que representó la intensa mezcla de idiomas y culturas, nació el lunfardo, argot popular porteño, y junto con él, el tango, nuestra música ciudadana por excelencia. En La Boca, visitaremos el puerto y admiraremos las coloridas casas de chapa construidas por los inmigrantes con materiales sobrantes, siempre al amparo de la silueta del mítico estadio de Boca Juniors. Para finalizar, caminaremos por la famosísima Calle Caminito, uno de los símbolos no sólo del barrio sino de Buenos Aires. Puerto Madero es una zona portuaria cuya realidad contrasta fuertemente con la de La Boca: se trata de un emprendimiento urbanístico de enormes dimensiones, que comenzó en 1991 con la remodelación de los diques y silos del antiguo puerto de aguas profundas de Buenos Aires. Esta zona, abandonada y marginalizada durante muchos años, se convirtió en un verdadero boom, y rápidamente renació como un polo residencial, gastronómico y de entretenimiento muy exclusivo, de atmósfera internacional. Tanto es así que podríamos decir que Puerto Madero representa una cuarta fundación de Buenos Aires como ciudad globalizada.